viernes, 27 de julio de 2018

¿LAS CORRIDAS DE TOROS SON CONSIDERADAS ARTE?

Muchos consideran que sí. Pero antes de entrar en debate, te voy a explicar cómo es una corrida de toros para que tengas el panorama completo antes de entrar en discusión.
Para muchos (me incluyo) las corridas de toros no es arte; es una ciencia... pero de la tortura. Nada de lo que se ve es genuino, sólo el sufrimiento del toro.
¿Es el toro valiente?
24 horas antes de entrar a la arena, el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que, al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce en la imagen del público de que el toro es feroz; pero la condición natural del toro es huir NO atacar.
También se le han recortado los cuernos para proteger al torero. Le colgaron sacos de arena en el cuello durante horas. 
Lo golpearon en los testículos y los riñones. Le indujeron diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió. Todo esto es con el fin de que llegue débil al ruedo y en completo desorden.
Se le ha untado grasa en los ojos para dificultar su visión y en las patas se les puso una sustancia que le produce ardor y le impide ponerse quieto; así, el torero no desluce su actuación.
El trabajo del picador
Si el torero percibe que el toro embiste con mucha energía, ordena al picador hacer su trabajo: Consiste en hacer desangrar al toro para debilitarlo, clavándole en el lomo una lanza que destroza músculos (trapecio, romboideo, espinoso y semiespinoso, serratos y transversos de cuello). Lesiona además, vasos sanguíneos y nervios. 
Esto es para que el torero pueda brindar la expresión artística que se supone debe tener este espectáculo. 
Un solo puyazo puede matar al toro; por eso, el picador lo hace levemente y en tres tiempos "para mayor goce de la afición".
Se eligen caballos que ya no tienen valor comercial, porque el caballo muere a las 3 ó 4 corridas a lo mucho, ya que es habitual que el animal sufra de quebraduras múltiples de costillas o destripamientos. 
Se les coloca un peto simulando que se les protege, pero en realidad se trata de que el público no vea las heridas al caballo que con frecuencia presentan exposición de vísceras.
Las banderillas
Las banderillas aseguran que la hemorragia siga. Se intenta colocarlas justo en el mismo sitio ya dañado con los ganchos de metal. El gancho se mueve dentro de la herida con cada movimiento del toro y con el roce de la muleta, el peso de las banderillas tiene precisamente esa función. 
Algunas banderillas tienen un arpón de 8 centímetros y se les llama "de castigo" a las cuales es sometido el toro cuando ha logrado evadir la lanza del picador. Las banderillas prolongan el desagarre y ahondamiento de las heridas. No hay límite al número de banderillazos; tantos como sean necesarios para desgarrar los tejidos y piel del toro.
Demostrando valor
La pérdida de sangre y las heridas en la espina dorsal impiden que el toro levante la cabeza de manera normal, y es cuando el torero puede acercarse con el toro ya cerca del agotamiento. El torero ya no se preocupa del peligro y puede darse el lujo de retirarse del toro después de un pase artístico, echando fuera el pecho y pavoneándose al recibir los aplausos del público.
Cuando el toro alcanza este estado lastimero, el matador entra en el ruedo en una celebración de bravura y machismo, a enfrenarse con un toro exhausto, moribundo y confundido.
La espada
El toro es atravesado con una espada de 80 centímetros de longitud, que puede destrozarle el hígado, los pulmones, la pieura, etcétera, según el lugar por donde penetre en el cuerpo del animal. De hecho, cuando destroza la gran arteria, el toro agoniza con enormes vómitos de sangre.
A la hora de matar, si el toro corre con un poco de suerte, muere de una estocada; pero no porque toque el corazón, sino que la espada penetra los pulmones y el diafragma, y a veces una arteria mayor. Es por ese motivo que se puede apreciar una hemorragia abundante en el hocico. Muchas veces mueren ahogados por su propia sangre.
La tortura continúa
El toro, en un intento desesperado por sobrevivir, se resiste a caer, y suele encaminarse penosamente hacia la puerta por la que lo hicieron entrar, buscando una salida a tanto maltrato y dolor.
Pero entonces lo apuñalan en la nuca con el descabello, otra larga espada que termina en una cuchilla de 10 cms. A pesar de esos terribles tormentos, el animal no suele morir de inmediato por su gran fuerza, pero finalmente cae al suelo, porque la espada ha ido destrozando sus órganos internos.
Lo rematan con la puntilla de 10 centímetros con la que intentan seccionarle la médula espinal, a la altura de las vértebras atlas y axis.
El toro queda así paralizado, sin poder siquiera realizar movimientos con los músculos respiratorios, por lo que muere por asfixia, muchas veces ahogado por su propia sangre, que le sale a borbotones por la boca y nariz.
El arrastre
Después de que le destrozan las vértebras, el toro pierde el control sobre su cuerpo desde el cuello hacia abajo; sin embargo, la cabeza se mantiene intacta y está consciente de todo el horror y de cómo es arrastrado fuera del ruedo.
Es más se le puede ver las lágrimas de sufrimiento del toro. A fin y al cabo, es un ser vivo que siente y sufre al igual que nosotros.
Espero que después de haber leído este artículo, veas de forma diferente una corrida de toros como la has visto hasta ahora.

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