Hay matrimonios que no funcionan y a veces no hay opción que el divorcio. Es sin duda un momento muy difícil y traumático en la vida de las personas. De hecho, ya había escrito un artículo para saber afrontar un divorcio.
Dependiendo de las causas del divorcio algunas veces se tendrá que demandar al cónyuge; y en otras, pueden llegar a un divorcio o separación por mutuo acuerdo. Si éste fuera el caso, lo que más le conviene es el proceso de mediación.
Pues bien, a los que les interese este tipo de proceso en caso de que estén en vías de divorciarse, les explico detalladamente cómo es una mediación.
La pre-entrevista
Independientemente de la manera en que las
personas llegan a la mediación, en el contacto inicial con los participantes,
debe aprovecharse la oportunidad para obtener la información preliminar
que permita al mediador reconocer y entender los pormenores del asunto.
Esto se logra a través del establecimiento
de rapport y mediante la explicación acerca de la dinámica del proceso y de sus
funciones como mediador.
El rapport implica generar confianza en las
partes para el procesos mismo de mediación así como con el mediador, para lo
cual el mediador pone en práctica las habilidades para la escucha activa,
ofreciendo reconocimiento y validando la información obtenida con la firme
intención de ayudar.
Realizando el contacto inicial y habiendo
logrado establecer el sentido de confianza hacia el proceso y el mediador, es
necesario dar a conocer a las partes todo lo relativo a las reglas para la
mediación.
En este primer documento, las partes
solicitan la intervención del Centro de Mediación o del mediador.
Proporcionan sus datos e identificación
(nombre, domicilio, teléfono).
Ofrecen brevemente su versión preliminar,
que puede ser por escrito o de manera verbal; se versión preliminar de los
hechos y asuntos relativos al conflicto.
También es posible que se anexen documentos
o reportes que consideren como evidencia.
Principio de confidencialidad
Como principio fundamental, toda la
información generada durante el proceso y las reuniones privadas, se mantendrá
confidencial, no sólo por la parte del
mediador, sino también por parte de los participantes, quienes se comprometen a
no divulgar nada de lo expuesto. Además, es conveniente que se convenga que, en
caso de litigio, el mediador no será llamado a declarar.
Asimismo, las partes acordarán no divulgar
ni ofrecer como prueba nada de lo que se diga durante el proceso. No obstante
lo anterior, el alcance del principio de confidencialidad estará limitado por
lo establecido en las leyes y reglamentos vigentes. Es indispensable formalizar
este compromiso por escrito, mediante un convenio que establezca lo antes
señalado.
Lineamientos de conducta
No están permitidas las agresiones físicas o
verbales, insultos o cualquier actitud ofensiva. En todo momento, las partes
deben conducirse con el más absoluto respeto hacia los participantes.
Tampoco es permitido que alguien interrumpa
a quien se está expresando. Se cuenta con papel o lápiz para tomar notas al
respecto si se quiere recordar algo de lo dicho por el otro, con lo cual no se
esté de acuerdo o se quiera ahondar en el tema, para cuando llegue su momento de
intervenir.
Entrevistas privadas
Es indispensable hacer del conocimiento de
las partes la posibilidad de llevar a cabo sesiones en privado con cada uno de
los mediados, cuando el mediador o los mediados así lo consideren.
Las reuniones en privado tienen por objeto
permitir mayor libertad en el flujo de información que no es posible obtener en
presencia de los participantes en el conflicto.
Ofrecen un ambiente más seguro e
informal para que en forma individual
los participantes descubran sus problemas ocultos que bloquean el proceso.
Permiten un análisis de la postura que van desarrollando las partes frente al
conflicto y establecimiento de posibles opciones para alcanzar la solución.
Explicación del proceso de mediación
Se refiere a dar una explicación general de
lo que es una mediación, con el objetivo de que las personas no den falsas
expectativas que comprometan la credibilidad en el proceso y en el mediador.
Se resalta que la función del mediador es un
facilitador de la comunicación, que su intervención se limita al auxilio de la
búsqueda de soluciones, sin facultades para opinar, emitir juicios, fungir como
juez, di dar soluciones.
Se debe dar a conocer el propósito de llegar
a la suscripción de un convenio derivado de un acuerdo; o bien, a la redacción
de una minuta de entendimiento sin carácter vinculatorio.
Duración de las sesiones de trabajo y del proceso
Es la explicación que debe hacerse respecto
de la duración de cada sesión, que varía de acuerdo al criterio o políticas del
Centro o del mediador, pero que en general fluctúa entre una hora y media y dos
horas. El número de sesiones es de acuerdo a la complejidad del asunto. En
términos generales un proceso de mediación es de tres sesiones.
Honorarios
Se aplica generalmente cuando la mediación
se lleva a cabo en un Centro de Mediación privado. Es importante que se
establezca los montos a cubrir y quienes realizarán los pagos.
En algunos países, los Centros de Mediación
que dependen de un programa de gobierno, por lo general son gratuitos, o se
cobra una cantidad simbólica.
Es importante que todas las reglas, además
de ser explicada a las partes, quede plasmada en un documento que puede formar
parte del contrato de prestación de servicios, y que se firme por las partes en
disputa que han decidido hacer uso de la mediación para solucionar sus
conflictos.
SESIÓN CONJUNTA
Antes de comenzar la sesión conjunta con las
partes, el mediador debe arreglar convenientemente le lugar donde esta
se producirá, que implica:
La sala de mediación debe contar con el número exacto de asientos para quienes participarán en la sesión. Si existen más asientos de los necesarios, los mediados podrán desviar el proceso, esperando que sean ocupadas "las sillas" por alguien que llegará de un momento a otro.
Los asientos deben ser de igual confort; de lo contrario, las partes que se sienten en los menos confortables, notarán en este sentido un desbalance perjudicial para la atmósfera de equliibrio físico y emocional necesaria para una buena mediación.
Los asientos mencionados deben estar arreglados de tal manera que las partes al sentarse, no queden muy alejadas del mediador; de esta manera, todos podrán escuchar lo que se diga por cualquiera que intervenga en el proceso.
Poner frente a cada asiento lápices y hojas de papel iguales, cuidando el ambiente de imparcialidad y equilibrio. Si por alguna razón una de las partes no acudió con anticipación a la pre-entrevista, pueden observar que las que sí acudieron, manejan mejores instrumentos para tomar notas que ellas, pueden pensar que la versión inicial ofrecida por las segundas, "ha inclinado la balanza a su favor", pueden éstas a perder la confianza. Por eso es importante que nadie falta a la pre-entrevista.
Que la sala cuente con iluminación y ventilación adecuada, suficiente para que todos aquellos que participarán en la sesión de trabajo. Hacer confortable la sala induce comodidad; y por tanto, permanencia de las personas.
Debe esperar que todas las partes participantes se encuentren en la sala da espera antes de pasarlas a la sala de mediación. Lo anterior impedirá que las personas que lleguen primero intenten parcializar al mediador con su versión y "aprovechar el tiempo" mientras llegan los demás.
La sala de mediación debe contar con el número exacto de asientos para quienes participarán en la sesión. Si existen más asientos de los necesarios, los mediados podrán desviar el proceso, esperando que sean ocupadas "las sillas" por alguien que llegará de un momento a otro.
Los asientos deben ser de igual confort; de lo contrario, las partes que se sienten en los menos confortables, notarán en este sentido un desbalance perjudicial para la atmósfera de equliibrio físico y emocional necesaria para una buena mediación.
Los asientos mencionados deben estar arreglados de tal manera que las partes al sentarse, no queden muy alejadas del mediador; de esta manera, todos podrán escuchar lo que se diga por cualquiera que intervenga en el proceso.
Poner frente a cada asiento lápices y hojas de papel iguales, cuidando el ambiente de imparcialidad y equilibrio. Si por alguna razón una de las partes no acudió con anticipación a la pre-entrevista, pueden observar que las que sí acudieron, manejan mejores instrumentos para tomar notas que ellas, pueden pensar que la versión inicial ofrecida por las segundas, "ha inclinado la balanza a su favor", pueden éstas a perder la confianza. Por eso es importante que nadie falta a la pre-entrevista.
Que la sala cuente con iluminación y ventilación adecuada, suficiente para que todos aquellos que participarán en la sesión de trabajo. Hacer confortable la sala induce comodidad; y por tanto, permanencia de las personas.
Debe esperar que todas las partes participantes se encuentren en la sala da espera antes de pasarlas a la sala de mediación. Lo anterior impedirá que las personas que lleguen primero intenten parcializar al mediador con su versión y "aprovechar el tiempo" mientras llegan los demás.
Apertura
Desde el inicio de la sesión, incluyendo la
etapa de preparativos, la intervención del mediador tiene el propósito
de crear un clima positivo para llevar a cabo el encuentro y satisfacer las
necesidades de seguridad básicas de los participantes.
Inmediatamente después de haber asignado
asiento a los participantes, el mediador les dará la bienvenida y procederá a la
apertura de la sesión mediante un discurso introductorio que abarque en
términos generales, las reglas del procedimiento comentadas con anterioridad.
Un discurso de apertura puede ser el
siguiente:
“Buenos días, mi nombre es Guadalupe
Sánchez, y he sido asignada como mediadora para estar con ustedes, en el asunto
que hoy los trae al Centro de Mediación, al cual ustedes son bienvenidos.
Quiero felicitarlos por haber optado por
la mediación como vía para solucionar sus diferencias. Primeramente, quiero cerciorarme
que tengo bien escrito sus nombres y apellidos. Su nombre es Juana López y el
de usted es Juan Pérez.
Les recuerdo que este proceso es totalmente confidencial,
y nada de lo que aquí se exprese será utilizado
contra ninguno de nosotros en un proceso posterior alguno de ser el
caso.
Si lo considero pertinente, o bien ustedes así lo solicitan,
llevaré a cabo sesión privada con cada uno de ustedes, para lo cual los separaré y conversaremos
privadamente. Estas sesiones también son confidenciales y no podré externar al
otro nada de lo que he dicho, salvo que se me autorice expresamente para dar
cierta información.
Todos tendremos la oportunidad de hablar,
les pido no interrumpir a quien haga uso de la palabra, si quieren hacer algún
comentario, esperen su turno. En la mesa hay papel y lápiz por si desean hacer
anotaciones al respecto. Yo también estaré tomando notas, ya sea en una hoja en
blanco o en el rotafolios, y todas ellas las destruiré una vez concluido este
proceso de mediación.
Están ustedes por su voluntad, y si en
cualquier momento deciden no continuar con la mediación, yo no los obligaré a permanecer.
Les pido que nos conduzcamos con respeto,
sin agresiones físicas o verbales y los exhorto a trabajar conjuntamente para
que se resuelva el problema de la mejor manera posible, hablando con honestidad
y franqueza, visualizando su relación en el futuro.
Básicamente mi función es ayudarles para
que ustedes mismos encuentren soluciones a sus preocupaciones y diferencias; en
ningún momento estaré a favor o en contra de alguno de ustedes, y tampoco
emitiré opinión respecto al conflicto planteado".
Exposición individual del conflicto
Una vez concluido el discurso inicial del
mediador, se procede a escuchar de cada parte su versión del problema. Se puede
preguntar a las personas si alguien quiere comenzar; o bien, el mediador quien
de manera directa pide a una parte relate su punto de vista; en estos casos
generalmente se da el uso de la palabra a la parte que solicitó la mediación.
Esta exposición lleva un tiempo aproximado
de 15 minutos. En estos momentos, los
participantes dan a conocer sus puntos
de vista, sus intereses y necesidades particulares, se expresa ampliamente el
problema y es muy conveniente que se exteriorice los sentimientos y emociones
que han generado el conflicto.
El mediador debe asegurar a las personas que
entiende cómo se siente. Al respecto, se repasa y reenmarca la información
clave que cada parte comunica; después de que termina de hablar, validar los
sentimientos de la persona, ayuda a que las partes sepan que se les entiende al
mismo tiempo de que queda claro los sentimientos para el mediador.
Debe mantenerse el equilibrio entre las
partes, asegurando que ambas tengan las mismas oportunidades de hablar.
De igual forma, el mediador toma nota de lo
expuesto, resume, organiza y verifica la información obtenida, y tiene que
transformar la información negativa, reformulando lo planteado por la persona.
Así como reconocer y apuntar intereses comunes.
Elaboración de la agenda de trabajo
Identificados los puntos a negociar, el
mediador debe formular una agenda de trabajo que pone a consideración de las
partes.
Es importante una presentación de agenda que
aborde de los asuntos más sencillos a los más complejos, y probablemente habrá
éxito temprano que pueda animar a las partes para continuar la mediación.
El hecho de revisar la agenda y de forma
conjunta decidir qué orden se les dará, provoca
un restablecimiento de la relación y el
sentido de cooperación entre los participantes.
En caso que no exista acuerdo sobre el orden
de los puntos a abordar, el mediador puede proponer un modo justo para ambas,
como un sorteo.
Lluvia de ideas
Establecida la agenda, cada punto será
desarrollado en forma particular. Si es necesario, deberá reunirse más
información, iniciando con preguntas amplias para ir cerrando con preguntas
precisas y directas. Por ejemplo, se está viendo lo relativo a la cantidad que
un padre debe dar por concepto de pensión alimenticia: ¿me puede comentar
cual es la actividad diaria de sus hijos?, de las actividades extra escolares
que ha mencionado ¿es importante para usted que su hijo continúe en clases de
natación?
Lo importante es que se vayan generando
opciones sin compromiso, el mediador debe auxiliar a las partes para que
utilicen su creatividad, explorando las necesidades e intereses de las partes.
preguntas como: ¿Por qué para ti es importante tu sugerencias? ¿Cómo sirve a
tus intereses su propuesta?, ayudan a que la otra parte visualice
las necesidades del otro y probablemente las empiece a comprender.
La percepción que tienen las partes de sus
respectivos asuntos es más realista, y abre paso al consenso sobre las
alternativas de solución.
Negociación conjunta
Una vez que los participantes han tenido la
oportunidad de intercambiar puntos de vista, deben enfocarse a elegir las
opciones para buscar acuerdos.
Exponer a las partes que sus intereses
opuestos pueden coincidir en un tercero neutral, por lo general conduce a
entender a éste último, siempre que lo entiendan de mayor importancia que los
suyos particulares, provocando una despersonalización del conflicto y la
obtención del acuerdo se torna menos compleja. Un caso típico es cuando una
pareja está tratando lo relativo a su divorcio y al considerar los intereses de
sus hijos, empiezan a ver por ellos.
Por lo general, las partes se encuentran
conduciendo sus propias negociaciones, con poca intervención del mediador,
quien cuida que las negociaciones se mantengan enfocadas hacia el punto
concreto de la controversia; también debe vigilar que la negociación no se
desvíe hacia aspectos que produzcan estancamiento y carezcan de viabilidad.
SESIONES PRIVADAS
Si durante las negociaciones, parece no
haber acuerdos, se intenta llevar a cabo sesiones privadas.
En estas sesiones privadas, se puede
averiguar si ellos entienden su mejor alternativa a un acuerdo negociado y su
peor alternativa del acuerdo negociado. Se consideran costos, tiempo perdido, desgaste emocional que ha originado
el conflicto.
Si es necesario, se busca más información;
puede ser que se dé catarsis por parte de la persona, al sentirse presionado o
con la necesidad de externar sentimientos y emociones generadas por el
conflicto planteado.
Resulta también interesante formular cambio
de roles, pedirle a una parte que se ponga en el lugar del otro y trate de
comprender una situación específica desde el punto de vista de éste.
Se repasan las concesiones otorgadas por
cada uno y los acuerdos obtenidos. En caso de ser necesario, se puede dar un
tiempo de espera para que ambas partes reflexionen un punto o varios de la
negociación. Este tiempo de espera puede ser de unos minutos, días o incluso una semana.
ACUERDO FINAL
Aún cuando la mediación ofrece un alto
índice de éxito para la resolución de conflictos, no es un método infalible. En
caso de no existir acuerdos entre las partes, el mediador da por finalizado el
proceso, agradeciendo la participación de las personas.
Si las partes llegan a un acuerdo, se
comienza a trabajar en la elaboración de éste. Existen diversas formas de
realizar esto:
Hablarlo con las partes, concretándolo verbalmente de acuerdo a las anotaciones hechas por el mediador (ya sea en rotafolios o en una hoja) y después se retira el mediador para redactarlo. Después vuelve con las partes y se lee. En caso de ser necesario, se hacen modificaciones solicitadas por las partes y luego se procede a la firma.
También es posible ir escribiéndolo de manera conjunta con las personas, oración por oración, repitiéndola en voz alta a medida que se escribe. Esta segunda forma da más protagonismo a las partes; y aunque parece más lenta, generalmente se evita tener que escribir una y otra vez el acuerdo.
Hablarlo con las partes, concretándolo verbalmente de acuerdo a las anotaciones hechas por el mediador (ya sea en rotafolios o en una hoja) y después se retira el mediador para redactarlo. Después vuelve con las partes y se lee. En caso de ser necesario, se hacen modificaciones solicitadas por las partes y luego se procede a la firma.
También es posible ir escribiéndolo de manera conjunta con las personas, oración por oración, repitiéndola en voz alta a medida que se escribe. Esta segunda forma da más protagonismo a las partes; y aunque parece más lenta, generalmente se evita tener que escribir una y otra vez el acuerdo.
Es importante mencionar que en la redacción
del acuerdo, se contemplen los siguientes puntos básicos:
1.
Utilizar un lenguaje claro
y preciso.
El acuerdo debe estar escrito de tal forma
que la partes puedan comprenderlo perfectamente, utilizando inclusive los
mismos términos y palabras utilizados por las partes.
2. Separar los elementos
conformadores del acuerdo asignando un número ordinal para cada uno de ellos.
De esta manera, el acuerdo quedará dividido
en claras y precisas acciones u omisiones futuras de cada parte, de tal forma
que cada una pueda determinar de una forma sencilla y rápida o que le
corresponde y de igual manera lo que le corresponde al otro.
3.
Usar los nombres y
apellidos de las partes, no sobrenombres ni categorías, como demandante y
demandado, o como remitido y no remitido, solicitante y parte complementaria.
Al consignarse claramente quién, con nombres
y apellidos, cumplirá tal o cual deber, por transferencia se está especificando
la satisfacción de alguna expectativa por la otra parte ofreciéndole a esta
última “personalización del deber”, la posibilidad de exigir su cumplimiento de
forma directa.
4.
No usar abreviaturas.
Si algún aspecto acerca de los cuales se ha
logrado acuerdo entre las partes
requiere de un plazo establecido debe especificarse, con lo cual en cierta
medida el deudor se compromete y ofrece a la otra parte la posibilidad de
conocer la efectividad de lo acordado en un momento cierto y definido.
5.
Ser tan específico como sea
posible.
Un acuerdo
que cumple con el requisito de ser específico, impedirá a las
partes usar sus “iniciativas” para el
cumplimiento de sus respectivos deberes. Establecer el ¿quién? ¿cómo? Y el
¿dónde? Establece lo que las partes harán o dejarán de hacer a favor de la
otra.
6.
No incriminar a ninguna de
las partes por sus acciones u omisiones pasadas.
Incriminar a alguna de las partes en la
redacción del acuerdo provocará la pérdida del balance en el mismo, a un
sentimiento de culpabilidad por quien es desfavorecido con esto, y abre una
posibilidad de superioridad de la otra parte, lo que se aleja, evidentemente,
de los propósitos de la mediación.
7.
Listar los elementos de
acuerdo en el mismo orden en que las partes los fueron obteniendo, de los más
sencillos a los más complejos.
Además de seguir con el orden de trabajo en
la obtención de acuerdos, psicológicamente, las partes a analizar sus primeros
acuerdos individualizados, se predisponen favorablemente en cuanto a la
consignación de éstos en un acuerdo escrito y de forma subsiguiente estarán en
mejor disposición de aceptar el que se consignen en éste los acuerdos referidos
a los intereses más profundamente contradictorios.
Es de importancia trascendental que el
acuerdo se redacte con cada uno de sus elementos conformadores en términos de deberes
complementados o deberes recíprocos.
Por ejemplo: Juan se compromete con Silvia
en ir a recoger la televisión marca Hitachi, de 20 pulgadas, el domingo 10 de
septiembre del 2005 a las 17:30; y Silvia adquiere el compromiso de esperar a
Juan el día y hora indicados, facilitando que éste pueda sacar la televisión de
su casa.
8. Cantidades de dinero
expresadas con letra, y señalar con qué propósito se entregará el dinero.
Con el objeto de propiciar claridad en la
comprensión del acuerdo y que las cifras de dinero no se presten a confusión,
defectuosas lecturas o alteraciones, es conveniente que sean escritas en
letras.
Por ejemplo: Juan se compromete con María a
entregar la cantidad de tres mil pesos en efectivo, por concepto de pensión
alimenticia para sus hijos de nombres
Andrés y Cecilia.
9.
Individualizar los bienes
acerca de los cuales se ha logrado acuerdo entre las partes.
Puede resultar fatal para el cumplimiento
del acuerdo el que en éste no se identifiquen claramente los objetos
relacionados directamente con los deberes de las partes.
Por ejemplo: (incorrecto) Alex se compromete
a entregarla a Pedro el televisor y Pedro... (de forma válida) Alejandro se
compromete a entregarle a pedro el televisor marca Sony, de 21 pulgadas, con
número de serie 3399881.
En el primer caso del ejemplo, si Alejandro
tiene varios televisores, puede suponer que le puede entregar cualquiera a
Pedro y no exactamente el que sirvió de base al conflicto; por otro lado, Pedro
puede suponer que puede decidir sobre cual tomar y esto puede generar un nuevo
conflicto.
10. Cláusula de mediación.
Es posible que las partes establezcan que si
existiera duda respecto de los compromisos contraídos o bien, hubiera
incumplimiento de los mismos, intentarán el camino de la mediación.
Una vez firmado el acuerdo por las partes,
el mediador procede a destruir las notas que tomó, haciéndolo notar a las
partes.
Como cierre del proceso, el mediador utiliza
expresiones positivas acerca del proceso y de las partes que acaba de conocer,
sin exageraciones innecesarias acerca del logro de, y de la adecuada postura de
las partes durante el proceso. Y se invita a los participantes a un apretón de
manos que es el símbolo que marca la conclusión del encuentro.
Un ejemplo puede ser: Con la firma de este
acuerdo se culmina el proceso de mediación. Ustedes han realizado su mejor
esfuerzo para entenderse y demostrarse
que pueden conversar mutuamente, y de esta manera lograr un
entendimiento acerca de cualquier diferencia que pudieren tener. Fue un placer
para mí y para este Centro poderlos ayudar. He tenido mucho gusto en
conocerlos. ¡Hasta luego!
SEGUIMIENTO DE ACUERDOS
El acuerdo por escrito, es susceptible de
integrarse al expediente del caso con el cual se crea un registro permanente
para futuras consultas o aclaraciones.
De igual manera, permite tener un
seguimiento respecto del cumplimiento de los acuerdos. Es importante hacer del
conocimiento de los participantes que en fechas posteriores (generalmente
cuando se han vencido los plazos establecidos) se entrará en contacto con
ellos, con la finalidad de saber si hubo cumplimiento o no de los mismos, y
llevar un registro, pero no entendido como señalamiento para el que no cumplió,
sino exclusivamente para efectos de estadística.
Este seguimiento puede realizarse por
diversas vías, ya sea telefónicamente, por escrito, solicitando a las
participantes que regresen para que informen del cumplimiento, por fax, por
correo electrónico, etc. Cualquier vía es válida, siempre y cuando esté
acordada con los mismos participantes.
COMEDIACIÓN
Partiendo del presupuesto ya sentado que el
mediador debe ser un profesional entrenado en técnicas y habilidades de la
mediación, es importante que quien elija esta nueva disciplina, se someta a un
proceso de disociación de todas aquellas suposiciones, prejuicios, preconceptos
propios de la profesión de origen; este aprendizaje interior le permitirá
adquirir la verdadera dimensión del nuevo rol que va a desempeñar.
Como principio general, no puede
privilegiarse una profesión sobre otra como la más aconsejable para ser la base
sobre la cual debe asentarse esta nueva disciplina.
Nada justifica que sean los abogados, los
contadores, los asistentes sociales, los psicólogos, los ingenieros, en forma
exclusiva y excluyente del resto, que puedan recibir la formación de mediadores, pues todas ellas
cuentan con un inmenso bagaje de conocimientos que pueden aportar y contribuir
al enriquecimiento de la mediación.
Por otro lado, la mayoría de los conflictos
posibles de someterse al proceso de mediación son multidimensionales y
multidisciplinarios. En el primer caso significa que tienen generalmente un
componente emocional, uno legal y otro técnico. En el segundo caso implica que
puede abarcar el campo de muchas disciplinas al mismo tiempo.
Es por ello que el trabajo interdisciplinario
constituye una alternativa válida, especialmente si se le traslada al ámbito de
la mediación.
La co-mediación o trabajo en equipo,
permitirá la integración de los diferentes saberes y conocimientos que puede
aportar el profesional, pero todos ellos dentro del marco de la mediación; este
intercambio de experiencias y conocimientos se realizará siempre desde la
perspectiva que tienen los mediadores como profesionales que actúan
cooperatiel pvamente para lograr un fin común: la resolución del conflicto.
Ventajas
1. Enriquece el proceso de
mediación.
Al ser la co-mediación una forma de trabajar
en equipo, donde las partes se complementan, permite dividir las funciones, ya
sea teniendo en cuenta la mayor o menor experiencia de uno u otro mediador; ya sea
teniendo en cuenta la profesión de origen, por ejemplo: un mediador abogado,
asumirá la responsabilidad de atender el contenido de los hechos, y la
obtención de información, y el otro mediador, psicólogo, se ocupará de
facilitar las relaciones, de que surjan emociones y su control, de lograr
empatía, etc.
Se combinan talentos, capacidades y
energías, lo que aumenta las posibilidades de una mediación exitosa, tanto en
lo referente a la aplicación de la técnica y la destreza para extraer de cada
parte lo mejor y lo más rico, como para obtener un acuerdo consensuado.
2. Aligera el trabajo de cada
mediador.
Toda sesión de mediación implica una tarea
ardua y un fuerte desgaste tanto físico como psíquico por parte del mediador;
compartir esta tarea contribuye a mantener el espíritu enaltecido para los
momentos más difíciles del proceso.
También aligera la tarea del mediador por
cuanto a la concentración que se debe tener respecto al conflicto cuando no se
conoce ni maneja los conocimientos de fondo, ya que puede encontrarse
imposibilitado de poder dividir el problema en subtemas para abordar más
profundamente el análisis, corriendo el riesgo de perder el control sobre el
conflicto.
3. Mostrar mayor solidez.
Los mediadores, al trabajar en equipo, donde
se encuentran interrelacionados, que se comunican simplemente con gestos o
miradas, que transmiten unidad de criterio y de acción, un frente fuerte, le da
a las partes mayor confianza en el proceso, y además sirve de modelo para
llevar adelante un diálogo constructivo.
4. Contrarresta los
prejuicios.
Tanto los mediadores como las partes, llevan
en su propia historia, valores, creencias, prejuicios que, como consecuencia de
las técnicas de mediación, pueden fácilmente salir a relucir y si los cuales no
son detectados y pasan inadvertidos para le mediador, puede redundar en el
fracaso del proceso.
Estos prejuicios pueden tener origen en el
sexo, en las clases sociales, en la religión, en la raza, en el tipo de
profesión, en complejos de inferioridad o superioridad, en el feminismo o
machismo, la edad, tipo de trabajo, religión, etc.
5. Los mediadores se
autocontrolan.
Es importante poder ir evaluando el proceso
de mediación a medida que se va desarrollando, el control mutuo que pueden
ejercerse entre sí los mediadores, permite detectar si el rumbo que le
imprimieron a la mediación es el correcto, se deben ser más inquisitivos, más
conductistas, más tolerantes; se aplica el dicho popular que dice “cuatro
ojos ven más que dos”.
6. Reflexionar en equipo
después de la sesión.
El análisis del desarrollo de la mediación
al finalizar cada sesión integra el proceso, ya que permite extraer
conclusiones, fijar el plan de trabajo para la próxima sesión, establecer
técnicas a implementar, intercambiar las propias percepciones acerca del problema,
de sus causas, de los sentimientos imperantes; cuando esto se realiza en
equipo, la experiencia es más productiva y sobre todo, si los mediadores
pertenecen a diferentes profesiones de origen, ya que los puntos de vista,
criterios, percepciones, pueden ser totalmente diferentes a la del otro
mediador; todo ello enriquecerá la sesión de futuras, impidiendo posibles
errores y promoviendo el crecimiento profesional como co-mediadores.
Desventajas
1. Aumento de los costos de
mediación.
El hecho de participar más de un mediador
puede duplicar o triplicar el costo del proceso; las horas de sesiones
trabajadas, viáticos, correspondencia, personal administrativo.
Algunos criterios plantean lo innecesario de la co-mediación, aludiendo a que si el mediador no tiene conocimiento en un
tema en particular, éste puede consultar a peritos expertos en la materia, lo
cual es cierto; sin embargo, el perito aportará solamente datos técnicos, pero
no comprenderá lo que está sucediendo en el proceso, y al ser un extraño en el
mismo, las partes no pueden confiar; y la medición brinda el conocimiento y la
técnica combinadas. Al momento de pagar un perito, se encarece el proceso.
Es necesario, para optar por una
co-mediación, diferenciar si la mediación se encuentra en el ámbito privado o
en el judicial, pues el valor agregado que significa incorporar uno o más
mediadores, se reabsorben de diferente manera.
2. Dificultad en coordinar la
actividad entre los mediadores.
Cuando los mediadores deben trabajar juntos
circunstancialmente, surgen problemas para coordinar horarios, pues cada uno
tendrá su agenda organizada con anticipación; para establecer el lugar donde se
llevarán a cabo las sesiones, para determinar equitativamente la división del
trabajo o el rol a desempeñar y el estilo a manejar.
Es muy importante ponerse de acuerdo en
estos puntos, pues la descoordinación (optar voluntariamente por una actitud
pasiva, imponer un estilo sobre el otro, interrumpir al compañero cuando éste
habla para cambiar al idea, etc.) puede llevar al fracaso de la mediación.
3.
Dificultad para trabajar en
equipo.
Hay personalidades totalmente
individualistas, a quienes les resulta imposible trabajar con otras personas,
ya sea porque tienen una personalidad
muy fuerte, o no les gusta ceder a posiciones, o simplemente porque el trabajo
en conjunto las inhibe, y por lo tanto,
pueden disminuir su rendimiento y capacidad laboral, o tan sólo porque no están acostumbrados a trabajar con
colegas y mucho menos en un equipo multidisciplinario.
Aprender a trabajar en equipo requiere de un
gran esfuerzo, se debe invertir tiempo y sacrificios para poder comprender la
filosofía y desventajas que la co-mediación interdisciplinaria que permite, sin
lugar a dudas, una experiencia enriquecedora.
Desde luego, son muchos los beneficios de la
co-medicación, pero es importante recalcar que no se justifica en todas las
situcaciones, pues el aumento del costo del procedimiento de mediación es en
ocasiones, impedimento para llevarlo a cabo, sobre todo en el ámbito privado.
La co-mediación es válida para resolver los
casos complejos, o aquellos que tienen elementos importantes cuyas
características exigen la experiencia y habilidad en distintas disciplinas.
La co-mediación interdisciplinaria es una
alternativa para darle solución al problema de la incumbencia profesional en el
ámbito judicial.
LOS ABOGADOS EN LA MEDIACIÓN
Existe una opinión errada de que la difusión
de la mediación provocará en un futuro no muy lejano, que los mediadores
sustituyan paulatinamente a los abogados, y hay incluso quienes temen que
estemos ante el fin de una profesión.
Éste es un temor infundado; ni todos los
conflictos son susceptibles de ser mediados, ni todas las personas prefieren la
mediación en lugar de someterse a la decisión de un juez.
En los países donde la mediación es una
realidad cada vez más presente en la vida de los ciudadanos, está sucediendo
que mientras algunos abogados se transforman ellos mismos en mediadores; muchos
otros compaginan su trabajo como litigantes con nuevas labores de asesoría a
clientes que están involucrados en algún proceso de mediación.
Los abogados tienen una enorme cantidad de
funciones que cumplir en el proceso de mediación, sobre todo cuando se trata de
asuntos complejos, con graves consecuencias a futuro, y cuyos acuerdos finales
pueden luego hacerse valer ante los tribunales de justicia.
Ya se mencionó la importancia que tienen la
redacción de un acuerdo para el futuro de la relación, y en ello desempeña un
papel fundamental la asesoría de los abogados.
Tienen también otras funciones. En ciertos
casos, las partes prefieren acudir a las sesiones de medicación acompañados por
sus abogados, o los consultan a lo largo del proceso.
Cuando el abogado está presente y el
mediador está de acuerdo, el abogado puede intervenir formulando preguntas a la
contraparte para adquirir información sobre aspectos específicos del conflicto
y asesorar mejor a su cliente.
A veces éste acude a las sesiones de
mediación sin su abogado, pero mantiene contacto directo con él para
consultarlo cuantas veces crea necesario acerca del cualquier tema durante el
desarrollo de la mediación. Muchos mediadores así lo aconsejan, sobre todo
cuando la materia sometida a discusión lo amerite.
En cualquier caso, es importante que las
partes consulten con un abogado antes de la firma del acuerdo, aunque no hayan
recibido su asesoría en el transcurso de la mediación.
La opinión de un abogado sobre lo que se va
a firmar es fundamental, pues en algunos casos, se pretende que el contrato
firmado por las partes tengan valor legal y sea, en consecuencia, reconocido
por los tribunales.
Para cumplir con este propósito, así como
existen abogados de oficio que representan a las personas en los procedimientos
judiciales, también debería ofrecerse al asesoría gratuita en casos de
mediación, con mayor razón, si llega a imponerse al mediación como instancia
obligatoria.
El abogado y el mediador cumplen funcione
diferentes en la mediación. Tienen formación distinta y esto condiciona la
manera como entienden la mediación y su labor en ella.
Probablemente, para la gran mayoría de los
abogados, la mediación sea, en el mejor de los casos, un procedimiento rápido
para que su cliente saque el mejor provecho posible de la situación.
Sin embargo, para el mediador no es sólo
importante que los participantes terminen firmando un acuerdo satisfactorio,
también interesa tanto o más que se hayan comunicado e intercambiado opiniones
sin amenazas ni presiones y respetándose mutuamente.
La intervención de los abogados en la
mediación no altera el objetivo de su profesión, que es ayudar a sus clientes a
lograr una solución satisfactoria de su conflicto, pero sí se les exige que
presten atención a la relación y a la comunicación que se establezca entre su
cliente y la contraparte si interviene como asesor, o entre ambas partes si
interviene como mediador.
El recurso de la mediación repercute sin
duda, en la profesión del abogado, en la medida en que repercute en el sistema
de impartición de justicia. No obstante, esto no es perjudicial, al contrario,
abre un nuevo campo para su ejercicio profesional, desarrollando aptitudes
nuevas que pueden hacer más complejo su desempeño.
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